“Un día me contó la historia de sus ojos, a los que llama Paulino y Camuche: Paulino es el que ve bien, Camuche el que está a la virulé. Es la historia de dos hermanos, uno es ciego, pero puede caminar, el otro es inválido pero puede ver; así van juntos a todas partes, ayudándose mutuamente”
Así nos cuenta Verónica Montagine, en su libro sobre Cesaria Évora, el humor y carácter de ésta al hablar de sus bizcos ojos. Una mujer que cantaba la morna, cimiento de la nacionalidad caboverdiana, música viajera nacida de ese tronco común que comparte con el fado portugués y la samba brasileña (que proviene del “lundum africano, originario de Angola).
Es la música del acochengo, el mimo, la caricia afectuosa con la que se acuna a un niño. Aunque puede recordar al blues, es dulce, desgarradoramente triste pero rara vez dramática, aunque traslada esa identidad de ser un lugar de paso en la época de la esclavitud, y luego también una tierra de emigración masiva.
La morna es similar a un cuento de hadas, que asusta y calma al mismo tiempo. Un blues filosófico que susurra cosas ocultas, pero que nace de un cierto gusto por la vida, como la samba, pero no tiene la dureza de la condición negra en un país segregacionista, como el blues de Billy Holiday. Más cerca de la samba, de sus dobles sentidos y de su humor mordaz, que de los lamentos del Cotton fields y los suburbios de Chicago. “Cabo verde” la canción compuesta por Nando da Cruz cantada por Cesaria recita en sus versos: “Al lado de tu horno/ nos criaste/ con tu falda negra y tu pañuelito/ nos enseñaste quiénes éramos/ oh mamá, vieja mama/déjame cantarte esta canción/ para alegrar tu corazón/ Tú nos enseñaste que el mundo está hecho para vivir/ y también para morir/ para amar y para sufrir.
El contexto en el que vivimos, como cantantes o compositores, no da una identidad que hay que tener en cuenta para interpretarnos.
Cuando el compositor Robert Schumann (1810-1856) decidió casarse con Clara Wieck, (1819-1896) una famosa compositora alemana le escribió: “Tendremos una vida llena de poesía y de flores; tocaremos, compondremos juntos como los ángeles”. Después Clara compuso un Concierto para piano dedicado a otro compositor Louis Spohr, y Robert, no tan contento le escribió: ¿Pero tú tocas esto siguiendo solamente tu inspiración? La primera parte encierra un tesoro de pensamiento, pero no me ha producido buena impresión. Cuando estabas sentada al piano no te podía reconocer, tu personalidad estaba por debajo de mi juicio”. Clara acabó diciendo “Maldigo a mi padre que me dejó creer que yo era compositora”. Las mujeres no han nacido para componer” “la composición ya no es posible, tengo que fijar esto en mi estúpida cabeza”.
Un día, seguiremos hablando de ésta mujer, que después de casada no volvió a componer pero se dio a conocer porque interpretó la obra de Robert Schumann –entre otros- por un problema que él tenía en la mano derecha.
Por el contrario, a Cesaria le preguntaron una vez qué es lo que le gustaría que contaran de ella y aunque como mujer también sufrió las consecuencias de la discriminación por raza y género, dijo: “Antes de nada, que siempre he querido ser libre y permanecer soltera, y que jamás he aceptado oficialmente vivir con un hombre. Por supuesto yo hacía mi vida, pero la casa de mi madre era sagrada. Tuve tres hijos de padres diferentes. La gente siempre critica, ya sea porque una bebe, se casa o se divorcia. Pero yo no doy ninguna importancia a los comentarios. Cuando me tomaba whisky en un bar y oía murmurar a mí alrededor, me pedía otro, pero doble, para que así al menos, la gente supiera qué decir. Las buenas personas, en cambio, ricas o pobres, negras o blancas, siempre han sido amigas mías”.
Cesaria puso en el mapa Cabo Verde, y en todos los conciertos preguntaba si había algún “caboverdiano”; Madonna fue a verle a uno de sus conciertos y no pudo acceder a los camerinos por la cantidad de gente que la esperaba. Desvergonzada, provocadora y divertida “la mayoría de las veces” también, hoy os invitamos a escuchar algunas de sus canciones; Y desde luego, una de las composiciones de Clara que te trasladarán a otro sitio, en estos días tan difíciles. Dos creadoras hijas de su tiempo.